Los perros y los gatos pueden tener diabetes como los humanos. Como a estos se puede tratar y mantener una vida sana y duradera. El reto de la diabetes es detectarla a tiempo y asumir que debemos tratar nuestra mascota de por vida.
La diabetes consiste en la falta o deficiencia de traspaso del azúcar (la glucosa) de la sangre a los tejidos, provocando un aumento peligroso de glucosa en sangre y una falta de esta en los tejidos. La hormona encargada de transportar la glucosa de la sangre a los tejidos es la insulina.
La deficiencia o falta total de esta hormona es la que puede provocar dos tipos de diabetes.
- Diabetes tipo 1:
Ocurre cuando no hay o no es activa la insulina generada por el páncreas de nuestra mascota. En estos casos se recomienda la administración diaria de insulina. Aunque parece muy engorroso, es bastante sencillo e indoloro. Debemos marcar unos horarios de comida e inocular insulina diariamente a nuestra mascota. Ahora tenemos aparatos que parecen bolígrafos que nos facilitan la inoculación. - Diabetes tipo 2:
En este caso la insulina es deficiente. Tiene funcionalidad pero debemos ayudarla disminuyendo la cantidad de azúcar en sangre. Con una dieta adecuada y con la ayuda de medicamentos llamados hipoglucemiantes, podemos controlar esta situación. Este tipo de diabetes lo sufre más los gatos.
¿Cómo podemos detectar la diabetes en mascotas?
Los tres síntomas claros que pueden darnos pistas de que nuestra mascota sufre diabetes son:
- Exceso de sed (polidipsia)
- Orinar mucho (poliuria)
- Tener mucho apetito (polifagia)
Tener estos síntomas no significa tener diabetes. Hay otras enfermedades que dan estos síntomas (Piometra, Cushing, Addison, Insuficiencia renal o hepática…). Cuando creamos que nuestra mascota presenta estos síntomas no debemos esperar para llevarla al veterinario. Un simple análisis nos puede sacar de dudas